The Substance
👌
<- Me encanta este poster. Es simple, minimalista, no te dice nada, pero te deja esperando todo. Lo único que tienes son una cantidad ridícula de elementos que, para bien o para mal, hablan de la calidad de la cinta. Me hace decir "qué ternura" lo que dicen las reseñas, que haya ganado en Cannes y que Mubi distribuya, nada de eso es capaz de hacerle justicia a la joya que es The Substance.
Elisabeth Sparkle (Demi Moore) es una actriz que en su juventud fue famosa, pero ahora a sus 60 años, a parte de que la película es ridícula queriéndote hacerte creer que se ve vieja, protagonisa un programa de ejercicios matutinos olvidado por la televisión por cable. Sin embargo, cuando su productor (Dennis Quaid) decide que es momento de despedirla y traer una cara fresca al programa, Elisabeth queda completamente destrozada. Para fortuna de ella, o infortunio, se encuentra con una experiencia llamada THE SUBSTANCE, la cual crea una versión joven de ella misma (Margaret Qualley), la cual se nombraa sí misma Sue. Aún así, hay una trampa, debe de usar siete días un cuerpo, y siete el otro, manteniendo el balance, pues lo que se usa de más en el cuerpo de Sue, el cuerpo de Elisabeth lo padece.
Superficialmente, parece una idea medianamente simple. Tomas un poco de El Retrato de Dorian Grey de Oscar Wilde y lo sazonas con [inserte película genérica de cambio de cuerpos]. No obstante, lo que hace Coralie Fargeat aquí es todo menos simple. Esta directora, escritora, productora y editora (una verdadera cineasta y no las mamadas que se dicen los directores de "autor") es una especie de paradoja, pesadilla y figura anárquica a la sociedad actual (y de todas las épocas en realidad). Fargeat es una mujer con una visión sumamente femenina y única, pero que no necesita hacérse la víctima como dicta Hollywood; es una persona a la que le gustan las cosas bizarras y llenas de humor negro, pero que no por eso son superficiales y vacías; es una directora que ha visto más cine que tú, yo y quizás hasta que Tarantino, con influencias de "alto valor" como Kubrick o Hitchcock, pero que las mezcla con elementos explotativos, de serie b y que hacen que tu abuelita católica te diga "ay, no, qué feo".
El guion es una barbaridad en toda la extensión de la palabra. Circular y temáticamente centrado, haciendo ver a Blake Snyder y sus ideas sobre animales como un simple amateur. Toda escena tiene una función clara, ya sea presentar un personaje, idea o cuestión, o directamente avanzar la trama, nada sobra y todo suma en escenas que se caracterizan por una brutal narrativa visual, con los diálogos apenas aderezando lo que la cámara y montaje ya te dijeron. Así mismo, la cinta no pierde tiempo en exposición, simplemente te muestra las cosas y, cuando crees que ya estás en un clímax, pues sería como Hollywood y varias referencias de Fargeat terminarían su película, aquí ella simplemente va comenzando.
La dirección es impecable y estúpidamente sobresaliente. Frageat sabe exactamente dónde poner la cámara, cómo moverla y cuando cortar cada plano con una precisión milimétrica que hace a Eisenstein revolcarse en su tumba de la envidia. La película es una experiencia que abarca desde la idea del thriller más convencional al estilo Aronofsky, pero que de repente llega a un cine de horror corporal Cronenberguesco y termina en un abrazo a lo cómicamente explotativo de filmes como aquellos de Tarantino y hasta Troma, a la vez que todo lo adereza con referencias obvias al cine de Kubrick. Esto se ve desde elementos temáticos, similitudes narrativas o estéticas, hasta decorados y el uso de la cámara; hay snorricams que recuerdan al neoyorkino y el papel de la televisión es practicamente aquel que se encuentra en Requien for a Dream, zooms con gritos que recuerdan a los momentos más exagerados de Tarantino, planos simétricos en locaciones que son una parodia obvia de The Shinning y Space Odyssey, incluso recreando visuales y reutilizando música de estas, a la vez que incluye un trabajo de maquillaje que es como si The Fly tuviera un hijo a base de sexo para evitar violencia intrafamiliar con The Toxic Avenger. Frageat tiene un vagage cultural tan impresionante, un conocimiento tan intuitivo del lenguaje cinematográfico y una sensación de identidad y genuinidad que la catapultan directamente al Olimpo de los directores.
A esto hay que sumarle un diseño sonoro agobiante, que sabe cuando ser inmersivo y cuándo ser una parodia, para navegar una propuesta estéticamente tan compleja y salir airoso. La fotografía es impecable, sabe jugar con sus luces y cómo hacer dinámicos los planos. El diseño de producción del inicio, plástico, pulcro y casi de película de Barbie, genera un contraste temático con aquel tosco, grotesco y hasta vulgar del final del filme. El montaje es dinámico, sabe cuando cortar y avanzar rápido y cuándo dejar respirar, para dar así como resultado una película en la que cada cosa dura lo que tiene que durar (lo cual muchas mujeres estarán de acuerdo es algo muy difícil de encontrar). Y el trabajo con actores y de blocking es de primer nivel, desde actuaciones desgarradoras sin un solo diálogo hasta otras completamente caricaturéscas y asquerosas, logrando darle un dinamismo inigualable a planos en las que incluso la cámara está fija, y con pequeños detalles que no te percatas hasta un tercer visionado, pero que apoyan la narración.
Todo eso está muy bien, pero se trata de estética y formalidad, pero el apartado temático y emocional funciona. Los personajes te importan, y la cinta consigue que apoyes a dos personajes cuyos objetivos están en oposición el uno con el del otro, la batalla entre Elisabeth y Sue es una en la que quieres apoyar a ambas y que aparezca Ginebra para solucionar todo (sí como no). A la vez, esta mezcla kubricronenberonofskyrantinesca (gran adjetivo, RAE, espero leas esto) es solo un mero pretexto para contar una historia sobre cuestiones políticas y sociales como los estándares de belleza, el autosabotaje, la fama, la sexualización y objetivización, los roloes de género y muchas otras cosas más a partir de una visión femenina que se siente real y humana, no como aquellas en Hollywood que ya tienen la vida resuelta. No creo ser la persona apropiada para desmenuzar estos temas de manera completa y satisfactoria hasta la misma profundidad que Frageat lo hace en su filme, pero sin duda vale la pena ver la película en busca de todos estos matices que convierten esta comedia de horror en una película sumamente profunda.
Al final, aún con todas sus bondades, la película es nada pretenciosa. Simplemente es la directora contando una historia que le llamaba la atención sobre mujeres, fama, un high concept y un monstruo, aderezada con su particular estilo de humor negro y violencia estilizada. Ford Coppolla anda peleandose para ver cómo hacer que un actor irrumpa en tu sala para darle sentido a su cinta que se le ocurrió estando en ácidos, Ridley Scott se la anda mamando a él mismo (a lo Marylin Manson sin dos costillas) en las entrevistas para Letterbox diciendo que su propia película es de sus favoritas, y Martin Scorsese anda dándole bastonasos al cine de superhéroe esperándo que vayas a ver su próxima película que te causara daños renales irreparables por no poder ir al baño, mientras que Coralie Fargeat simplemente hizo una película. Sin embargo, ella no tiene que andar arruinando e inventándose legados, atacando otras cintas y explicándo cómo su cinta va a revolucionar el cine, simplemente hizo una cinta que, por su amor y conocimiento del cine, inteligencia, sensibilidad posmodernista y una completa falta de sensación de superioridad artística, terminó siendo una de las mejores películas de la historia del cine.
Felicidades
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